miércoles, 15 de diciembre de 2010
la navidad
La Navidad (latín: nativitas, «nacimiento» )? es una de las fiestas más importantes del Cristianismo –junto con la Pascua y Pentecostés–, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se celebra el 25 de diciembre por la Iglesia Católica
el nombre de la rosa
es una novela de misterio e histórica de Umberto Eco publicada en 1980
Ambientada en el turbulento ambiente religioso del siglo XIV, la novela narra la investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que suceden en una abadía
La gran repercusión de la novela provocó que se editaran miles de páginas de crítica de El nombre de la rosa, y se han señalado referentes que incluyen a Jorge Luis Borges,
En un clima mental de gran excitación leí, fascinado, la terrible historia de Adso de Melk, y tanto me atrapó que casi de un tirón la traduje en varios cuadernos de gran formato procedentes de la Papeterie Joseph Gibert, aquellos en los que tan agradable es escribir con una pluma blanda. Mientras tanto llegamos a las cercanías de Melk, donde, a pico sobre un recodo del río, aún se yergue el bellísimo Stift, varias veces restaurado a lo largo de los siglos. Como el lector habrá imaginado, en la biblioteca del monasterio no encontré huella alguna del manuscrito de Adso.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
practicas de riesgo y causas y efectos
Pues lo mismo ocurre con las prácticas sexuales. Lo que pasa es que decirlo parece que fuera de cabeza loca, de temerario, de inútil y palurdo. Pues no señores, lo cierto es todo lo contrario, el pánico ante una relación sin preservativo, que atormenta a muchas personas, es algo patológico e innecesario. Esto claro está no se puede decir al gran público pero afortunadamente esta no es una página para idiotas.
Vamos a calcular la probabilidad de contraer el SIDA en un único encuentro sexual. Sí señor.
En primer lugar, la pareja causante del riesgo. Si esa persona no tiene SIDA el riesgo es cero. 0,00000000. Con lo que dando por bueno el dato de 2008 de que tienen la enfermedad 33 millones de personas, y la población mundial es de 6.700 millones de almas, estamos hablando de que la probabilidad de que una persona dada tenga SIDA es de aproximadamente 1 entre 200. Eso es un 0,5%.
Sin embargo, la gran mayoría de esta población se sitúa en el tercer mundo. En el África subsahariana o Tailandia el porcentaje es mucho mayor. Para España se da el dato de un 0,3%.
Ese dato no es para nada fiable. Es preocupante el uso que se está dando a la ciencia. Según dice la nota
El VIH se transmite a través de los fluidos del cuerpo y dentro de las principales vías de contagio están: el contacto sexual con una persona infectada, el contacto con sangre infectada (compartir jeringas, las transfusiones sanguíneas en una época en la que no se realizaba un examen especializado, pinchazos accidentales), hijos de madres infectadas.
Factores de Riesgo
Uso compartido de jeringas
Un porcentaje variable de niños nacidos de madres seropositivas están infectados por el virus del SIDA (20-50 %). El riesgo es mayor cuanto más deteriorada está la salud de la madre.
Recibir sangre o sus derivados
En esta situación el riesgo es despreciable ya que todas las donaciones son sometidas por ley a pruebas de detección muy fiables.
Este riesgo se sitúa en el orden de 1 por cada 200.000 o 300.000 donaciones.
Personal sanitario. En caso de exposiciones accidentales el riesgo se puede situar entre el 0,5 y el 0,75 %. Este riesgo es más bajo cuando se adoptan precauciones universales (todos los días, con todos los pacientes). Las medidas de higiene existentes en los centros sanitarios reducen el riesgo a cifras despreciables.
Relaciones sexuales:
La vía más importante de transmisión del VIH en el mundo es la sexual, tanto homosexual como heterosexual. En general, el riesgo de transmisión sexual depende de la prevalencia de la infección en la población sexualmente activa. Las prácticas homosexuales, enfermedades de transmisión sexual (ETS), cuando existen múltiples parejas, la prostitución y su relación con la drogadependencia.
Sida
El sida consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las infecciones y otros procesos patológicos, y se desarrolla cuando el nivel de Linfocitos T CD4 desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo extraño que entra al cuerpo humano. Esta respuesta es coordinada por un tipo de células llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a las células que expresan el receptor CD4, una de las más importantes son los linfocitos T CD4+ y entra en ellos. Una vez dentro, el virus transforma su material genético de cadena simple (ARN) a uno de cadena doble (ADN) para incorporarlo al material genético propio del huésped (persona infectada) y lo utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.
Para defenderse de esta producción de virus, el sistema inmune de una persona produce muchas células CD4 diariamente. Paulatinamente el número de células CD4 disminuye, por lo que la persona sufre de inmunodeficiencia, lo cual significa que la persona no puede defenderse de otros virus, bacterias, hongos y parásitos que causan enfermedades, lo que deja a la persona susceptible de sufrir enfermedades que una persona sana sería capaz de enfrentar, como la neumonía atípica y la meningitis atípica. Estas enfermedades son principalmente infecciones oportunistas. Dado que el organismo posee mecanismos de control de crecimiento celular dependiente de células CD4, la destrucción progresiva de éstas células ocasionará que estos mecanismos no sean adecuadamente regulados, lo que origina en consecuencia la presencia de algunas neoplasias (cáncer) que no ocurrirían en personas «sanas». El VIH, además, es capaz de infectar células cerebrales, causando algunas afecciones neurológicas. El VIH se multiplica, después de la fase aguda primaria de la infección, en los órganos linfoides, sobrecargándolos con un esfuerzo que termina por provocar una reducción severa de la producción de linfocitos. El debilitamiento de las defensas abre la puerta al desarrollo de infecciones oportunistas por bacterias, hongos, protistas y virus. En muchos casos los microorganismos responsables están presentes desde antes, pero desarrollan una enfermedad sólo cuando dejan de ser contenidos por los mecanismos de inmunidad celular que el VIH destruye. Ninguna de estas enfermedades agrede sólo a los VIH positivos, pero algunas eran casi desconocidas antes de la epidemia de VIH y en muchos casos las variantes que acompañan o definen al sida son diferentes por su desarrollo o su epidemiología.
Historia.
Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo extraño que entra al cuerpo humano. Esta respuesta es coordinada por un tipo de células llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a las células que expresan el receptor CD4, una de las más importantes son los linfocitos T CD4+ y entra en ellos. Una vez dentro, el virus transforma su material genético de cadena simple (ARN) a uno de cadena doble (ADN) para incorporarlo al material genético propio del huésped (persona infectada) y lo utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.
Para defenderse de esta producción de virus, el sistema inmune de una persona produce muchas células CD4 diariamente. Paulatinamente el número de células CD4 disminuye, por lo que la persona sufre de inmunodeficiencia, lo cual significa que la persona no puede defenderse de otros virus, bacterias, hongos y parásitos que causan enfermedades, lo que deja a la persona susceptible de sufrir enfermedades que una persona sana sería capaz de enfrentar, como la neumonía atípica y la meningitis atípica. Estas enfermedades son principalmente infecciones oportunistas. Dado que el organismo posee mecanismos de control de crecimiento celular dependiente de células CD4, la destrucción progresiva de éstas células ocasionará que estos mecanismos no sean adecuadamente regulados, lo que origina en consecuencia la presencia de algunas neoplasias (cáncer) que no ocurrirían en personas «sanas». El VIH, además, es capaz de infectar células cerebrales, causando algunas afecciones neurológicas. El VIH se multiplica, después de la fase aguda primaria de la infección, en los órganos linfoides, sobrecargándolos con un esfuerzo que termina por provocar una reducción severa de la producción de linfocitos. El debilitamiento de las defensas abre la puerta al desarrollo de infecciones oportunistas por bacterias, hongos, protistas y virus. En muchos casos los microorganismos responsables están presentes desde antes, pero desarrollan una enfermedad sólo cuando dejan de ser contenidos por los mecanismos de inmunidad celular que el VIH destruye. Ninguna de estas enfermedades agrede sólo a los VIH positivos, pero algunas eran casi desconocidas antes de la epidemia de VIH y en muchos casos las variantes que acompañan o definen al sida son diferentes por su desarrollo o su epidemiología.
Historia.
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